jueves, 26 de marzo de 2009

2.1.1.- A.- CURIOSIDADES (IV). DIÁLOGOS SOBRE HISTORIA ANTIGUA.

2.1.1.- A.- CURIOSIDADES (IV)

.- DIÁLOGOS DE BLANCA Y ANTONIA SOBRE EL PEGO Y LA HISTORIA ANTIGUA.

- Blanca, la piedra de la conversación del otro día, ha sido motivo de un poco de rechifla en el pueblo; pero yo le estado dando vueltas a eso de los restos de los hombres primitivos y, aunque siento curiosidad, tengo muchas dudas.
- Seguro, Antonia, que a más de uno o una se le ha ido por la nariz la risa floja. Les sobra la suficiencia. Y, por otro lado, dudas las tenemos todas las personas. Pero explícate.
- Pues..., que no sé si será cierto que anduvieran por aquí los hombres primitivos.
- No cabe la menor duda que algunas personas tuvieron que ser los primeros en llegar a estas tierras.
- Toma ésta, pero por aquí dicen que de los primeros pobladores de El Pego que tenemos noticias datan de 1717. Y yo me refiero a los primeros pobladores de España que nos enseñaron en la escuela los íberos y los celtas. O por lo menos de los tiempos de aquellos cartagineses, que tanto le interesaban a un chico que a mí me gustaba por entonces, o los romanos que eran los más poderosos cuando el niño Jesús nació hace más de 2.000 años.
- Efectivamente, los historiadores han encontrado documentos por los que se demuestra en el siglo XVI y XVII vivía gente en las Caserías de El Pego que por aquella época estaban bajo el poder de la Bóveda, pero no quita, que antes de inventarse la escritura, hubiera alguna tribu o campamento por estos términos, lo que pasa es que todavía no se han descubierto. Por eso me gusta estudiar cualquier piedra u objeto que pueda ser huella de otras épocas.
- Claro, y como dice el dicho, por el hilo sacar el ovillo. ¡Ojala, se encontraran marcas de la época romana!, sólo con nombrarla me acuerdo que me encantaban las películas... Pero no he oído que por aquí se haya encontrado ninguna reliquia de aquellos tiempos.

- De las películas no sé, pero por esta zona de la Guareña he visto en una enciclopedia sobre Zamora informaciones y una fotografía de hallazgos romanos en Vadillo[1].

- ¿Y de los cartagineses se sabe algo?

- De los cartagineses y de los vacceos sabemos que estuvieron por la zona de Madridanos y Villalazán.
En “LOS SEÑORES DEL GANADO”, Alvarez-Sachís nos recuerda episodios de las guerras con Roma y Cartago, de las gestas de Anibal en el valle del Duero y del héroe Viriato en las tierras del sur..... “el oppidum vacceo de Arbucala, que debe identificarse con el imponente castro de El Viso (Villalazán) en tierras de Zamora al sur del Duero y limítrofe con las ciudades vettonas, esté plenamente afianzado en la Zona. Arbucala era todavía más grande que Helmantiké en momento de la expedición anibálica; sus habitantes son referidos por Tito Livio como oppidani[2], mientras Polibio se refiere precisamente a la populosidad de la ciudad como una de las causas que hizo más difícil su conquista”..pp-42.

- ¿Y de la Edad de Piedra? ¿Qué sabemos de por aquí?
- De momento poca cosa. Estamos un poco lejos de Atapuerca.



(Ver mapa)











[1] HISTORIA DE ZAMORA, TOMO I. DE LOS ORIGENES AL FINAL DEL MEDIEVO. INSTITUTO DE ESTUDIOS ZAMORANOS “FLORIAN DE OCAMPO”. DIPUTACIÓN DE ZAMORA . CAJA ESPAÑA.
[2] Se conoce con el nombre de oppida , el término con que Julio César se refirió a los asentamientos galos en su De bello gallico (58-50 a. C.). Sin embargo, las referencias de César no resultan demasiado claras; hay que tener en cuenta que debieron de existir motivaciones políticas por parte del autor que distorsionan su discurso... en cuanto a las funciones de los oppida dentro de las sociedades de finales de la Edad de Hierro, se ha supuesto que fueron centros de organización política, centros industriales con ocupación especializada y centros comerciales.

viernes, 20 de marzo de 2009

2.1.1. PRIMEROS POBLADORES I

2.1.1.- MISTERIOS.

David explica en el Cuaderno de apuntes, acompañando a la hoja verde de negrillo y la descripción de los terrenos de El Pego, “le dimos muchas vueltas a los orígenes en el taller del tío Domingo, pero dejo de lado a los orígenes porque son un misterio....

PRIMER MISTERIO.


¿Por qué un lugar es llamado El Pego[1]?








El Pego ponen por nombre
sin saber por qué ni como
y conseguirán que asombre
su valentía y aplomo.

Se ignora quién y por qué eligió el nombre de El Pego para este pequeño lugar de tierras llanas decoradas con pequeños cerros o tesos situadas la antigua provincia de Toro y del obispado de Zamora.
Actualmente se conservan los nombres de los pagos o quiñones con nombres de aves: Cabeza[2] del Pego, Teso o Cabeza del Águila, Los Gallarones, Valdelapega..., por lo que me inclino a pensar que podría tomar el nombre de El Pego por ser el lugar donde se concentraban las aves. Otros opinan que tal nombre vendría de estar entre tierras pantanosas (la Laguna, las Charcas de Valdelapega,...).

SEGUNDO MISTERIO
Los primeros pobladores suponemos que se dedicarían al pastoreo, a cazar y roturar el terreno para convertirse en agricultores (en la imagen un grupo de pegueros, desde la Cabeza El Pego, contempla una mano de cazadores con galgo).

¿Los primeros pobladores?

Sus primeros pobladores,
aún ignoramos quiénes fueron,
hombres que siempre tuvieron
dignísimos sucesores,
y en expertos labradores
a todos los convirtieron.”

Sus orígenes, como luego veremos, son un poco misteriosos, unos datos sitúan en el nacimiento de El Pego hacia 1717. Hasta ese año había formado lugar con el Caserío de Pinar Redondo.

También lo ha recogido así, por otra parte, mi paisano Gervasio: “En el año 1717 al oeste de Castilla, en la provincia de Zamora, en un paraje o lugar que apenas se conocía allí aparecen dos casas y viven unas familias. Si de momento que eran los mismos propietarios los que vivían en esas mismas casa, luego resultaron ser habitantes de los pueblos vecino que se habían asentado en ese lugar en condición de colonos o como renteros,....”[3]

D. Antonio de la Torre dice que “.. Hasta el año 1593 fue este territorio un monte bravo de su propio título: roturose entonces, y en el suelo mismo donde está la población fabricaron casas Alonso Núñez, y Alonso de Zamora, que han continuado otros,..., donde labran muchas tierras, acaso sin pensión, o por muy corta” [4].

José M. Vicente, en su libro “La bóveda de Toro, memorias y documentos”, sostiene que hasta mediados del siglo XIX El Pego no se independiza de la Bóveda.

D. José Ojeda Nieto[5] “Las Encomiendas de Valdeguareña en el marco territorial actual. ( Comendadores y Vasallos, pag. 24) : “Cuatrocientos años son mucho tiempo para creer en la inmovilidad. Cuatro centurias además, como son los siglos XII al XV, que transcurren entre zozobras y golpetazos demográficos. Nada más lógico entonces ver unos pueblos desaparecer y otros, más tarde, ocupar su lugar, y nada más dificultoso (con la escasez documental) que localizarlos a todos. Compárense, si no, la lista de pueblos donados entre los años 1113 a 1271 con la del documento de 1577.


Los límites de las Encomiendas de Valdeguareña hacia 1.153

CUADRO 1

Pueblos 1113-1271 :

Paradinas, La Bóveda, Algodre, El Olmo, Vallesa, Ordeño, Villaralbo,,Castrillo de Villavite, Vadillo, Fresno el Viejo, Fuentelapeña, Villaescusa, Cañizal, Castronuño,
Pozuelo del Estepar.


Pueblos 1577

Requejo, Cubillas, «Pareditas, la bóveda, El holmo, Vallesa, Hordeño, Castrillo de la Orden, badillo, Fresno Viejo, Fuentelapeña, Villaescusa, Cañizal, Castronuño, Cubillas, La Garda, Torrecilla de la horden».

Diecisiete poblaciones frente a quince. Han desaparecido cuatro, Pozuelo del Estepar, Requejo, Algodre y Villaralbo, y se han creado —¿o cambiado de nombre?— dos. La Garda y Torrecilla de la Orden. Más aún, al finalizar la decimoséptima centuria se despueblan otros dos, La Garda y Ordeño, y ya se apunta el resurgir de uno nuevo: El Pego, por el momento unas caserías de La Bóveda.

Antes de continuar con el desarrollo de la población en El Pego repasemos el esquema de la población en el planeta Tierra hasta llegar a la primera gente que decidió empezar a construir nuestro pueblo.


Sabemos que los arqueólogos dan por cierto que los primeros H. erectus de este Planeta salieron de Africa y, aunque no tenían medios, después de milenios y milenios consiguieron pasar a Europa y Asia como se muestra en el siguiente mapa.


Pasado el tiempo (se estima un millón y medio de años) por diversas circunstancias -aumento de la población, escasez de recursos, cambio de clima...- se extienden por toda Europa.
A nuestra Península llegan los Íberos y se establecen en el levante y en el sur. Los desplazamientos de la población del centro y del norte de Europa hacia el suroeste se encuentran con la Península Ibérica habitada en parte y por eso no tienen más remedio que ocupar las tierras que no habían sido ocupadas por los Íberos
(ver mapa de los pueblos antiguos de la Península Ibérica).


El arqueólogo D. Jesús Álvarez-Sanchís escribe, “…Hace veinticinco siglos, la Península
Ibérica era un inmenso territorio poblado por comunidades de diferente grado de evolución social y económica.... ... Los temas cotidianos que preocupaban a la inmensa mayoría de sus gentes eran increíblemente modernos: cuidar de los hijos y de las provisiones, las relaciones sexuales, la conducta social, el reparto de la herencia, enterrar y dar culto a los muertos, la fe... aunque de forma algo distinta, tal vez más difícil de entender en la actualidad.”[6] pp-7




Jesús Álvarez-Sanchís, en “LOS SEÑORES DEL GANADO” mapas de los primeros pobladores en los que se incluye nuestras tierras.


















[1] “El nombre de Pego es de origen romano. Varrón dice que los sitios donde se crían animales de granja, se llamaban "locus pecuorum" o "Pecu"; Giner se decanta por la opción de la palabra "Pelagus", que significa lugar situado cerca de una zona pantanosa., según cuentan en la página web de Pego (Alicante).
[2] ‘Cabeza’ se refiere a un alto donde se colocaban los mojones o límites entre el terreno de una jurisdicción y el de otra .
[3] Gervasio Riesco Riesco. “Historia grande de un pueblo pequeño”. Edición propia. Pág. 3.
[4] Antonio GOMEZ DE LA TORRE: “Corografía de la provincia de Toro”. 1802. Facsímil. Ed. Maxtor. Valladolid – 2002. “LXI. Aldea. Pego (el)...” pp 253 .
[5] José OJEDA NIETO: “COMENDADORES Y VASALLOS” (La orden de San Juan y el partido de Valdeguareña). Instituto de Estudios Zamoranos “FLORIAN DE OCAMPO” (C.S.I.C.). Excma. Diputación de Zamora, 1997.
[6] Jesús Álvarez-Sanchís. “LOS SEÑORES DEL GANADO”. Arqueología de los pueblos prerromanos en el occidente de Iberia. Ediciones Akal, S.A., 2003, 2008. 28760 Tres Cantos. Madrid). (Las anotaciones en color en los mapas son mías)

jueves, 5 de marzo de 2009

2.1.-A.- CURIOSIDADES (III). COTILLEOS Y CIENCIA

.- EL PEGO Y DARWIN. CIENCIA Y COTILLEOS.

ANTONIA Y BLANCA COINCIDEN EN EL BAR DEL PUEBLO.
– Hola Blanca. Que cara te vendes. Antes venías más por el pueblo. Poco a poco todos estáis desertando.
- No es eso, Antonia, antes me presentaba muchos fines de semana pero, a medida que me hago mayor es como si el tiempo menguara...
- Sospecho que tienes nueva compañía.
- ¿Por qué? ¿Eres adivina?.
- No. Pero se te nota en la cara. Además, te has cortado el flequillo.
- Es que el que tenía antes me hacía la cara más redonda que la que ya tengo de por sí. Tú es que no necesitas nada. Eres lo que se llama una morena bien plantá.
- Esa blusa de seda negra entallada en la cintura te hace muy elegante.
- No hay que marchitarse, Antonia. Tenemos que retrasar la vejez todo lo se pueda.
- Sí. Tú renuevas mucho el vestuario.
- No lo creas. La blusa la compré con una falda de vuelo al final de vacaciones de verano, cuando se casó Jezabel. ¿Sabes por qué me acuerdo?... Porque el día antes me estuviste contando lo del meteorito del majuelo de Casablanca de Arvey. Y ¿Sabes una cosa?
- ¿Qué?
- Que me encontré en Valladolid con Amador y charlando, le saqué a colación, que Antonia me había puesto al corriente del meteorito. Como vio que mostraba interesé por la piedra; me contestó que la tenía en el maletero del coche.
- Qué confiado. Para que se la hubieran quitado.
- Me comentó que en la calle Río Rosas de Madrid había un sitio donde entendían mucho de minerales, no en vano tenían una enorme colección, es el llamado Instituto Geológico Minero de España. El día que se presentó allí con la piedra en la mano coincidió que no estaba disponible ningún geólogo experimentado por lo que fue atendido por un chico joven, al parecer un becario, que con la piedra delante había descartado que fuera un meteorito. Como parecía que esa información era poco fiable, le sugerí que me dejara la piedra a mí, porque tengo gente conocida en el Colegio Oficial de Geólogos de Madrid, para ver a qué conclusión llegaban allí. Por otra parte me venia al pelo para el tema “El origen de la vida” que me tocaba desarrollar en clase por aquellos días...
- ¿Qué la vida viene de las piedras?
- La teoría de la panspermia no ha podido ser probada ni rebatida con los estudios a que han sido sometidos los meteoritos llegados a la Tierra.
- Joder, Blanca, que estás en el pueblo, “pans, ¿qué?”, ni que yo fuera una intelectual.
- Perdona, Antonia, pero no se puede dar una respuesta clara a la pregunta “cuál es origen de la vida”, por eso se contesta a esa pregunta con una serie de teorías, según una de ellas, la vida, que existía eternamente, tuvo que llegar a la Tierra procedente del espacio exterior...
- Claro, y la ‘pannosequé’ afirma que la primera semilla de vida aterrizó en un majuelo de Casablanca de un señor de El Pego en un meteorito como el que tú tienes ahora. Mira, maja, ¡qué detalle!.
- La teoría de la panspermia tuvo mucho auge en siglo XIX. Y esta piedra, que ves aquí, Antonia, ya me han dicho en el Colegio de Geólogos de Madrid que definitivamente no es un meteorito, por tanto, no pudo traer la vida del exterior del planeta Tierra.
- Te contaré, Blanca, que el origen de la vida es el queso. Fíjate, un día mi marido trajo un paquete con queso de un supermercado de Fuentesaúco y se le olvidó meterlo en el frigorífico, cuando se dio cuenta estaba lleno de gusanitos. ¿De dónde había venido esa vida? Mi marido soltó: “hay hijos sin madre. Como ya decía el tío Domingo el “carretero”.
- Muy bien. Ese fenómeno se explica en otra teoría llamada de la generación espontánea procede de experiencia habitual de que lo inerte originaba en muchas ocasiones materia viva. Para no alargar mucho el cuento, abreviaré. En 1859 apareció la obra que marcaría definitivamente científico y filosófico en adelante: “El origen de las especies”, de Charles Darwin.
- Pues ya ha llovido.
- Para que nos situemos, aunque con lo que estamos hablando tiene poco que ver, pensemos que por esa época reinaba en España Isabel II, y por lo que hace a nosotras, El Pego se independizaba de La Bóveda creando un Ayuntamiento propio. Nuestros antepasados hacía 9 años que le habían bajado el telón a la primera mitad del siglo XIX.
- Me dejas tonta, tía. Oye, ese tal Darwin me suena porque lo he recordado cuando hago los deberes con mis hijos. Era un tipo que era inglés y, que según las fechas que dices, en el 2009 hará 150 años que afirmó aquello que nosotros descendemos del mono.
- La gente lo interpreta así, pero la teoría de la evolución de las especies sostiene que las formas de los seres vivos tal como los observamos en la actualidad no fueron siempre así, sino que a largo del tiempo unas formas han ido dando lugar a otras a través de pequeñas modificaciones. Por tanto nosotras vendríamos de unos seres humanos un poco diferentes y los monos de otros monos distintos.
- Sí, sí pero el cura no solo lo rechaza, sino que dice que creer en eso es pecado.
- Ya, y que volvamos a lo que dice la Biblia. ¿No?.
- Naturalmente, allí está todo bien explicado: “Dijo luego Dios: ‘Brote la tierra seres animados según su especie...’.‘Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza...’.‘También a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todos los vivientes que sobre la tierra están y se mueven les doy para comida cuanto de verde hierba la tierra produce’. Y así fue”[1].
- Me agotas con tanta Biblia. Lo tuyo es un poco obsesivo.
- Peor es lo tuyo con tanta teoría. Claro que también podía que no quisieras seguir la conversación del principio.
- Hace ya tanto rato que solo recuerdo que me echabas en cara que venía menos por el pueblo.
- Y que se notaba en la cara que estabas saliendo con alguno de los guaperas que a ti te gustan.
- ¿Tanto se me nota?
- Dime, ¿cómo es?
- Es alto, buen tipo, divertido...
- O sea, un pimpollo.
- Sí, pero muy interesante.
- Un jovencito.
- Te equivocas. Es de una edad como nosotras.
- Ya, quieres decir que te lleva tres o cuatro años.
- Antonia, vives intensamente el cotilleo.
- Mujer, yo te cuento cosas de mi marido y de mis hijos cuando me preguntas y no te llamo cotilla.
- Porque a mi me gusta hacer investigaciones que son otra cosa.
- Y que has averiguado con tus investigaciones sobre la piedra de Casablanca.
- De lo que te dije el otro día que era un meteorito en el Colegio de Geólogos dicen que nada de nada, después hice averiguaciones en el Museo Arqueológico de Madrid y opinan que podría ser una pieza del neolítico.
- ¿Una pieza?
- Sí, un utensilio, una herramienta, por ejemplo una maza...
- Pues no la veo.
- Sí, mujer, fíjate en las fotografías. Por la cara superior en la foto de arriba y por la de abajo -en esta fotografía- se nota que han querido horadarla, desgastar la piedra para perforarla y, seguramente, ponerle un mango y convertirla en una maza o azada u otro instrumento que los del neolítico sabrían para qué lo querían.
- Con un poco de imaginación le pongo un mango a la piedra de arriba y puede ser una maza como dices...Además, la piedra parece que está muy lisa, muy pulida...
- Claro porque es del neolítico porque si fuera más antigua, del paleolítico, se notarían los hoyos formados al golpear esta piedra contra otra.
- Tallada que venía en los libros.
- Tal cual.
- Pero, entonces, ya no harían negocio con la piedra si no es un meteorito, ni se fomentará el turismo en El Pego porque ya no es el lugar de destino de los meteoritos.
- No te creas porque estos restos arqueológicos también se aprecian mucho. Pero no te preocupes porque primero hay que confirmar que es una pieza neolítica y eso no es fácil, según me han explicado, debe aparecer algún yacimiento con más restos neolíticos por la zona y confirmar la antigüedad de la piedra por entendidos.
- ¡Qué desilusión!
- Quién sabe, a veces los hallazgos fortuitos han llevado a grandes descubrimientos que cambian la vida de un lugar. Imagínate que aparece un yacimiento arqueológico de importancia en los alrededores de El Pego.
- Me lo imagino. Nos encontraríamos con grupos de turistas con sus afables guía. El lugar más visitado de la provincia..
- Amén.
- Así sea.



[1] Génesis. 24, 26, 30, “La Biblia”. ANTIGUO TESTAMENTO I. Biblioteca de Autores Cristianos- Miñón S.A. Madrid. 1970.

2.1.- PRIMERA HOJA VERDE. CURIOSIDADES II

2.1.- PRIMERA HOJA. ORIGENES.

EL PROBLEMA DE LOS ORÍGENES.

Muchos pegueros se habrán preguntado a cerca de sus orígenes y del mundo que les rodea. Los interesados en esta cuestión saben que existen muchos estudios. Para no mortificar mucho, paso la información que se halla en la HISTORIA NATURAL editada por el Instituto Gallach: “las cuatro cuestiones planteadas sobre el origen del Universo, el origen de la Tierra, el origen de la vida y el origen del hombre. Estos cuatro orígenes tienen una mutua relación y siguen un orden el tiempo: el hombre es un ser vivo; los seres vivos que conocemos viven sobre la Tierra y son parte de ella; la Tierra es un astro del Sistema Solar y, en una compleja jerarquía de agrupamientos estelares, forma el universo”[1]. Los problemas que presentan los citados orígenes se deben a que no sabemos con qué enfoque quedarnos si con el punto de vista de la abundante literatura mítica, entre otros ejemplos el Génesis de la Biblia hebrea; o el encauce dado por las teorías científicas explicando el origen del Universo a partir de una primitiva y gigantesca explosión, el famoso Big Bang.

2A.- CURIOSIDADES (II).

Durante muchos años, los hombres de El Pego mataban los ratos de ocio, sobre todo si hacía mal tiempo y no se podía salir de caza, además de conversar y ‘echar una pinta’ en las populares bodegas, otro punto de encuentro eran los talleres artesanos como las fraguas y las carpinterías. Los clientes de los talleres que procuraban entretenimiento formaban un corrillo donde se traban todos los temas, desde los más insignificantes de la localidad, hasta los más trascendentales referidos a la tierra o al cielo.

Un día, en el taller de carpintería de Domingo Martín coincidieron David, D. José, el cura, y D. Urbano, el maestro.
- Como nos cuenta D. Miguel Delibes - sostenía David -,“un suelo pobre como el nuestro, dependiente de un cielo veleidoso y poco complaciente, unido a una política arbitraria que permite subir el precio de la azada pero no el del grano no hacen rentable el campo”, además con este clima...
- Hubierais nacido en Cuba – intervino el tío Domingo- que como dice Julián Riesco que estuvo allí en la guerra de Cuba que hace buen tiempo todo el año en esa isla caribeña...
- Pero,- añadió D. Urbano, el maestro, que estaba en el taller interesándose por la reparación de su coche- con unos vientos y lluvias procedentes de los ciclones tropicales que destrozan pueblos y cosechas; cada zona tiene su clima, depende su situación en el planeta.
- Y de lo que Dios quiera –cortó con autoridad D. José, el cura párroco del pueblo, presente en taller para una consulta sobre las puertas de la casa-, no debemos olvidar que Dios es el creador del Cielo y de Tierra, dueño de los designios de los hombres, origen de todo lo que existe en el universo.

El tío Domingo, al que D. José no había conseguido atraerlo al redil de los creyentes, le repitió al cura su argumento que los gusanos que aparecían en la carne al poco tiempo de estar muerta demuestra la existencia de “hijos sin padre”.

En el taller de carpintería de El Pego se estaban planteando, quizás sin pretenderlo, los dos enfoques teísta y ateísta del origen del universo..


Por aquellas fechas. David ya había dejado anotado en su Cuaderno de apuntes algunos datos que había encontrado en un diccionario.

“Los terrenos de El Pego son de la época Diluvial[2] Terciaria y Cuaternaria[3]...”[4]


Y debajo de este renglón apareció aplastada la primera hoja verde de negrillo.

Me imagino que sería una hoja del negrillo más antiguo del pueblo. Me gratifica por dentro el hecho que esté ante la hoja de un árbol que ha sido testigo de los orígenes de la historia de las gentes de El Pego.



[1] “HISTORIA NATURAL”. Instituto Gallach de librería y ediciones. Barcelona. Tomo VI. pp 303... Ediciones Océano-Éxito. 1982.

[2] Diluvial, según el diccionario, hace referencia al terreno constituido por enormes depósitos de materias de tipo arenoso que fueron arrastradas por grandes corrientes de agua
[3] El final de la última glaciación del Cuaternario, según los estudios del geólogo sueco Geer, puede inferirse que ocurrió hace unos doce mil años, edad que puede asignarse a las pinturas mas perfectas de las cavernas del Cantábrico, ejecutadas por los hombres primitivos del Magdaleniense superior.
[4] Cuaderno de apuntes de David González Muñoz. 1ª Parte. 3.1.- AVERIGUACIONES SOBRE LA HISTORIA DE EL PEGO.