4.3.- EL GRAN JUICIO EN TORO.
(Cuaderno de apuntes de David González).
(Cuaderno de apuntes de David González).
Como digo anteriormente, el día 1 de
enero de 1928, El Pego pasa a la jurisdicción de Toro y allí se
celebrará el juicio el día 4 de abril de este mismo año.
Para mí fue un día memorable. En
primer lugar, porque era la primera vez que tenía la oportunidad de
visitar Toro, y la segunda, porque mi inocente niñez no podía
comprender cómo unos vecinos eran desahuciados y otros no.
Pasados los años pude comprender que aquellos vecinos que no habían acudido a juicio es que se habían allanado a la demanda. Recuerdo también los abogados para defender a sus respetivos clientes. Así el abogado de los dueños decía, “...esos vecinos que tanto tienen que agradecer a sus dueños, ¿ cómo se lo pagan?... con llamarlos estafadores... Y sepa su señoría que son dos personas honradas. Tan honradas, que aún en contra de su voluntad, se han visto obligados a desahuciarlos por el mal comportamiento de los mismos...”.
Pasados los años pude comprender que aquellos vecinos que no habían acudido a juicio es que se habían allanado a la demanda. Recuerdo también los abogados para defender a sus respetivos clientes. Así el abogado de los dueños decía, “...esos vecinos que tanto tienen que agradecer a sus dueños, ¿ cómo se lo pagan?... con llamarlos estafadores... Y sepa su señoría que son dos personas honradas. Tan honradas, que aún en contra de su voluntad, se han visto obligados a desahuciarlos por el mal comportamiento de los mismos...”.
Por otro lado, el abogado del pueblo
decía, “... no pedimos justicia, no queremos favor ni socorro.
Queremos y pedimos la manumisión de unos esclavos de la tierra;
trabajo por el que podamos cantar un himno a la libertad y a la vida.
Pedimos caridad, no a los hombres ni a
la sociedad egoísta. Pedimos caridad para caminar hacia nuestro
éxito bajo el amparo de Jesús, el humilde nazarita, protector de
los oprimidos.
Terminado el juicio, la caravana de
carros se otra vez en marcha camino de el Pego. Durante todo el
trayecto se comenta con optimismo el desarrollo del juicio.
Recuerdo también los comentarios del
día siguiente al ir al colegio; se veían varios grupos de vecinos,
unos decían “dicen que el sr. juez ha recibido un telegrama del
ministro de la Gobernación, en el que le dice que se respete la
propiedad de los dueños”, y otros pero “también ha recibido
otro del ministro de Trabajo en el que le dice que si condena a los
vecinos de El Pego, pierde el destino. Veremos haber qué pasa...”.
Así pasan cuatro días pendientes de
una sentencia que nunca se llegó a dictar.
El juez reúne a las dos partes en
litigio el día 7 de abril de 1928 y los dueños deciden vender el
término con sus haciendas a los vecinos de El Pego conforme a lo que
dispone el Instituto de Acción Social Agraria.
La noticia es recibida con gran
alegría por parte de todos los vecinos y algunos exaltados insultan
a los administradores, ...tiran piedras contra sus puertas,... y si
no llega ser por el tesón y la decisión de algunos miembros de la
Comisión, hubiran ocurrido incidentes muy lamentables.
Desde este momento el pueblo queda
divido en dos bandos, uno formado por el Administrador y los que se
habían allanado a la demanda, y el otro la Comisión y sus
seguidores.
Estos hombres que tanto lucharon y que
erróneamente se trata de sepultar su memoria para ocultar el error
que se cometió al quitarle la vida a alguno de ellos. Estos hombres
tendrán que luchar contra sus mismos seguidores para impedir que
algunos exaltados provocaran incidentes que pudieran retrasar la
magna obra que poco a poco se iba realizando.
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